Confirmación 2025: Un sábado del Espíritu Santo

El pasado sábado 11 de octubre, el salón del Liceo Santa Marta de Vallenar se transformó en un templo de encuentro con Dios. Bajo la luz suave de la mañana, setenta y un jóvenes de Cuarto Medio A y B vivieron un paso significativos de su vida cristiana: recibieron el Sacramento de la Confirmación, renovando su fe y comprometiéndose con el amor que transforma.

La Eucaristía fue presidida por Monseñor Ricardo Morales, obispo de la Diócesis de Copiapó, quien con cercanía y alegría animó a los jóvenes a ser testigos del Evangelio en su vida cotidiana. En sus palabras, invitó a seguir caminando con esperanza, a mantener encendida la llama del Espíritu y a hacer de la fe un gesto concreto de servicio y fraternidad.

El proceso de preparación fue acompañado por los profesores Carlos Morgado y Patricio Castillo, quienes guiaron a los y las estudiantes en su camino espiritual. Su labor fue reconocida con gratitud por toda la comunidad educativa, que ha visto en ellos el reflejo del carisma de Santa Marta: formar en fe, servicio y acogida.

Durante la celebración, las voces de Kenny y Magaly llenaron el ambiente de oración y alegría, mientras Alejandro cuidó con esmero cada detalle técnico para que la liturgia fluyera con armonía. Funcionarios, docentes y asistentes de la educación acompañaron con cariño a los jóvenes, algunos como padrinos, otros como testigos, pero todos como una sola familia unida en la fe.

“Hoy no solo celebramos un rito; celebramos comunidad. Celebramos el fuego interior que arde en nuestros estudiantes. Celebramos que educar también es acompañar, bendecir, cantar y estar”, expresó uno de los educadores presentes, reflejando el espíritu que marcó esta jornada.

El Liceo Santa Marta de Vallenar agradece profundamente a todos quienes hicieron posible este encuentro de gracia y comunión, y se une en oración para que el Espíritu Santo siga guiando con ternura y propósito a cada uno de los confirmados, fortaleciendo su fe y su compromiso con el servicio a los demás.

Que el Espíritu que hoy descendió sobre ellos continúe soplando en nuestra comunidad educativa, recordándonos que cada paso en la fe es también un paso en el amor.