Durante estos días, Madre Ana María Cañete, Delegada de América Latina de la Congregación de las Religiosas de Santa Marta, se encuentra visitando la Comunidad de Vallenar, donde las religiosas animan con compromiso y alegría la misión educativa del Liceo Santa Marta de Vallenar.
La visita tiene por objetivo acompañar y compartir con las hermanas que dan vida a la presencia del carisma de Santa Marta en Vallenar. Esta comunidad religiosa sostiene una labor pastoral y educativa profundamente enraizada en la realidad local, trabajando con docentes, asistentes de la educación y familias, en un esfuerzo común por educar evangelizando y evangelizar educando.
Durante su estadía, Madre Ana María expresó con emoción:
“Me encuentro en la hermosa ciudad de Vallenar visitando a mis hermanas de la comunidad, compartiendo con ellas esta alegría de sembrar el bien en una tierra desierta… un desierto que guarda un tremendo misterio: cuando llueve, florece con bellas flores, diversas y hermosas. Así también es la misión de las Religiosas de Santa Marta en esta querida ciudad: hacer florecer el bien a través del Evangelio, sembrando la Palabra del Señor en esta tierra vallenarina, donde quienes la visitamos quedamos con el corazón prendado.”
Asimismo, valoró profundamente el ambiente que se vive en el Liceo Santa Marta:
“El carisma aquí se hace Betania, se convierte en vínculo y fraternidad. Es hermoso ver cómo todo el equipo educativo, docentes y asistentes, hacen de sus vidas un testimonio. Su colaboración es fundamental para que esta misión preciosa transforme verdaderamente la vida de nuestros estudiantes.”
Madre Ana María destacó además los frutos del camino pedagógico de la nueva educación, señalando que:
“Se está logrando que las y los estudiantes aprendan con propósito, desarrollando virtudes como la autonomía, la responsabilidad, el deseo de aprender no por obligación, sino por convicción.”
Finalmente, agradeció a toda la comunidad educativa por su esfuerzo constante, animándolos a seguir siendo “Betania viviente en medio del desierto, Betania floreciente en medio de la sequedad del norte chileno”.
“Que el Señor los bendiga a cada uno de ustedes, y nunca olviden que hay que evangelizar educando y educar evangelizando.”